Isidoro Bezanilla
Formación
Con la excepción del naufragio, la caída al agua es la causa principal de accidente grave/mortal entre las tripulaciones de un buque de cualquier tipo. Los movimientos de cabeceo o balanceo, las cubiertas mojadas o resbaladizas, los aumentos o disminuciones repentinos de velocidad durante algunas maniobras y los súbitos golpes de mar son condiciones que exponen al riesgo de caer al agua.
Cuando por desgracia un hombre cae al mar, es indispensable iniciar inmediatamente las operaciones de salvamento tal como se describen a continuación:
- Dar la alarma. Para ello utilizar los timbres o sirenas disponibles en el barco, o de viva voz si la urgencia lo requiere. Indicar por qué borda ha caído el accidentado.
- A continuación, lanzar inmediatamente por esa banda dispositivos de flotabilidad salvavidas (aro, percha IOR, etc.) provistos de elementos de señalización como luz flotante, bote fumígeno u otros medios que haya disponibles.
- Mientras el timonel ejecuta la maniobra adecuada para recoger al náufrago, será preciso mantener contacto visual permanente con este para así dar al timonel las indicaciones precisas de la posición del mismo.
- La extracción del náufrago fuera del agua se ejecutará con diferentes medios dependiendo del tipo de buque (grúas de puntal con eslinga de rescate, arriado de bote auxiliar, uso de redes de rescate.
- Una vez la víctima se encuentra a bordo, prestar especial atención a síntomas de ahogamiento y de hipotermia.
En el caso de que sea uno mismo el que sufre la caída al agua, ante todo debemos conservar la calma y no dejarse dominar por el pánico. A continuación, seguir los siguientes pasos:
- Si llevamos chaleco salvavidas o traje de flotación, adoptar la postura HELP (posición fetal abrazándose las piernas).
- No intentar nadar detrás del barco.
- Sujetarse a todo lo que pueda flotar.
- No perder de vista la embarcación
- Hacer señales para resultar más visible. Usar el silbato del chaleco.
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