Víctor Diego autor del artículo

Víctor DIEGO
Formación I

Mantenimiento de las cuerdas en trabajos verticales

La normativa EN 1891 establece que las  pruebas para la homologación se han de realizar con cuerdas SECAS, a una temperatura de 20ºC +/-2ºC y una humedad del 65%+/-5.

No obstante es evidente que en el día a día toda cuerda en uso está o puede estar en contacto con productos químicos diversos y que puede verse expuesta a las más dispares condiciones ambientales ( distintos grados de humedad ambiente, temperaturas, etc ) , hechos estos que pueden afectar y condicionar el estado de las mismas.

Además el polvo, el barro, el contacto con pequeñas piedras o aristas, y /o usos indebidos pueden llegar a dañar ostensiblemente el estado del alma de la cuerda, provocando fisuras en la misma y deteriorando así sus condiciones de resistencia.

Es por ello que las cuerdas requieren un control de uso y un mantenimiento exhaustivo, incluyendo su limpieza, muy importante para el buen estado del material y la prolongación de su vida útil en el tiempo.

cuerda

Consejos para el mantenimiento de las cuerdas

El almacenamiento de las mismas requiere lugares cerrados, carentes de humedad y no sometidos a temperaturas extremas de frio y calor.

Además hemos de asegurar que las cuerdas estén alejadas de  productos químicos y eliminar posibles contactos con otro tipo de materiales que puedan dañar camisas e incluso el alma.

Además hay que evitar que queden expuestas a la acción directa del sol.

También hay que evitar poner encima de las cuerdas pesos u objetos cortantes que puedan dañarlas 

Cada fabricante establece en su manual los tiempos máximos de almacenaje permitido sin uso para los cuales garantiza la puesta en servicio de la cuerda estableciendo ciertos umbrales de caducidad en función de uso y siempre y cuando el almacenaje haya sido el correcto.

  • Antes de su puesta en servicio y con el fin de evitar un deslizamiento excesivo entre camisa y alma, conviene mantener las cuerdas semiestaticas tradicionales 24 horas en remojo antes de su primer uso.
  • El transporte de las cuerdas también es importante. No se ha de poner peso, equipos u otros materiales con aristas cortantes en contacto con las mismas. (ej: dispositivos de ayuda al descenso de emergencia con adaptadores que ejerzan una presión constante y repetitiva sobre  el alma de la cuerda).
  • La limpieza y el modo de llevarla a cabo también es importante para la vida de la cuerda. El lavado a mano en agua fría con jabón neutro biodegradable o con líquidos especiales para tal efecto, es el método más óptimo. Se agitará y restregará la cuerda hasta que quede lo más limpia posible. Así mismo el uso de instrumentos como el rope brush o similares ayudan en gran medida a un mantenimiento más óptimo. Su posterior secado ha de ser en lugar seco y cerrado, no expuesto a la acción directa del sol, disponiéndolas a modo de madeja.

rope_brush

El uso de lavadoras para la limpieza es más delicado ya que castiga la capacidad de soportar peso de la cuerda, especialmente con el centrifugado. Sin embargo, de utilizarse se hará sin jabon, y a un máximo de 30 grados.

El uso de pistolas a presión queda desechado.

Por último es importante tratar de mantener las cuerdas limpias y secas el mayor tiempo posible, no sólo por el esfuerzo que supone limpiarlas, sino también por la cantidad de veces que mojamos las cuerdas lo que va a contribuir en cierta medida al envejecimiento de las mismas.

Vida útil

  • Así mismo es importante respetar la vida útil y caducidad de las cuerdas. Dicho periodo comprende su tiempo de almacenamiento y su tiempo de uso. Su vida útil dependerá obviamente del modo en que se use y la frecuencia con que se use. La incidencia del sol, los rozamientos y los esfuerzos mecánicos afecta a las propiedades y la resistencia de la cuerda. Por regla general, sin menoscabo de lo que pudiera recogerse en el manual de uso del fabricante de una cuerda concreta, es recomendable desechar cuerdas que hayan sufrido una caída con factor de caída 1 o superior, a los cinco años de su compra, a los dos de su uso habitual, o l año de su uso intensivo.
  • El marcado: El mejor modo de llevar un control absoluto de la vida útil de las cuerdas es proceder a su marcado antes del primer uso. Para ello, además de la identificación que aporte el fabricante,  conviene colocar en ambos extremos una cinta, donde escribiremos con tinta indeleble, la información de la cuerda. Posteriormente se cubrirá dicha cinta con un protector termo-retráctil.

La información básica que aparecerá en la cuerda será la fecha de su primera utilización y  la longitud de la misma.

Evidentemente la revisión previa a cada uno de los usos de la cuerda y las revisiones funcionales y visuales periódicas exhaustivas son elementos de control vitales que permiten testar y verificar el buen estado de las cuerdas, lo que da fe de la adopción por parte del usuario de unas buenas pautas de mantenimiento del material y aumenta la seguridad del mismo.

¡Descubre más información sobre nuestros cursos PRL!

CURSOS PRL